"Igual que dios vive de su fe
Cada vigilia se asocia con tu muerte"
(Chema Lagarón. "Decimal")
Hoy desobedeces a los signos en el
turno donde ensaya la fiebre. Si tú fueras las respuestas, si
mudaras de carne viva cada paso hacia lo inasible, en el verbo donde
las huidas se miden en el insomnio de la conciencia. Si tú, todos
los mundos y la ecuación del cosmos a la vez. Pero hoy respiras
entre la catarsis centesimal de la melancolía y el hemisferio sur de
la piel. Si tú, digo, pudieras inventar todo de nuevo, bailar
desnudo en el ánima de los amantes ciegos. La leyenda se viste de
inmortal en el ojo del Minotauro, en las mezquitas clausuradas por el
diapasón del deseo. Danza sobre los anaqueles de los impostores del
alba, en los márgenes que claman con rigor
púrpura el código de la verdad. Di tú, Chema. Anota que la palabra
redime la inocencia (tú, infante doloso en el laboratorio de la
imperfección). Vivir en la resistencia sacramental de la vigilia en
las estaciones y aeropuertos. Soñar, tal vez no soñar. Mientras,
escribes en el pasaporte de las horas sobre la velocidad de la
belleza, la conjugación celular de los cuerpos. Sangrar, tal vez
sangrar. No tiembles ya más en el nervio nocturno del aniquilamiento
seminal. Los ángeles del pasado despegan en un vuelo express hacia
la memoria. Hemos atrasado el tiempo de las sombras. Eres el prefijo
exacto entre el antes y el después. Di ahora. La poesía ha
cancelado hoy todas las tormentas.
(Texto para la presentación de "Decimal", de Chema Lagarón. Ediciones Tigres de papel https://www.tigresdepapel.es
Imagen "El lamento de Ícaro", Herbert James Draper)