martes, 15 de febrero de 2011

NUEVO ORDEN

He maldecido al borde de un acantilado. Amado a través del cable que unía las estrellas con un alma impasible. Mi voz se puso de largo para el concierto de los ausentes. Entraban y salían de mi diario de a pie como mendigos, con piedras de volcán escondidas en sus traseros. El mundo -mi mundo- sin cerrajero de urgencia. Se acerca de nuevo la horda de caballos desbocados. Qué pequeña a veces en este absurdo cuerpo que llama cada vez más fuerte para que lo atienda. Y luego la noche con su insistente relamer en la espalda. Y dónde están los poetas, digo. Dónde los crápulas que cosen versos en los pies de las hadas. Me salto la terapia del buen hacer y quemo cigarros de labios para afuera. Pues anda que la luna…a ver si me hace Ud. el favor de poner una cortina de niebla en esta esquina de mi vida, por favor, se lo pido. Sea piadoso. Empiezo a sopesar la teoría de los coeficientes poéticos y ya me he suspendido por incluirme en el exilio. Debería de ser seria, posar en la foto siempre de frente, sin un atisbo de encandilar al objetivo. Debería recuperar mis blusas blancas y regalar a las misiones las camisetas ajustadas. Y todo porque tengo curvas, y todo porque tengo el cuerpo que me anuncia una y otra vez que aún me suenan cascabeles cuando ando. Pero debería hacerlo: volver a mi cuello cisne de cashemire y los pantalones negros de raya en medio. El pelo liso por el pupilaje eléctrico y mi obcecada timidez de no querer mirar a los ojos. Debería, digo, pero estoy tan ocupada en preparar este viaje que no me queda hueco en la maleta para volver a mi pasado. Los que vivieron en mi fiebre se arremolinan hoy ante los deshechos. Hasta una pequeña dosis de alegría puede causar efectos contradictorios. Una máquina lava los platos y soy feliz. El desorden me perturba, me desbarata las coordenadas de la rutina. Soy enormemente dichosa en la asepsia de las sábanas los lunes, en la agenda bien cumplida. Pero hoy, cuando la anarquía del polvo azota mis libros amontonados, los folios llenos de apuntes, es el momento de partir. Hoy he caído en la cuenta de los confusos y aún así concibo el partir con el regreso. Me voy y me duele la partida. Otro desorden más en el diario.

Estoy despierta ¿quién ha osado despertarme?.